Nosotros los «Falsos”
Ustedes van a ser expulsados de las sinagogas; y llegará el día cuando cualquiera que los mate creerá que le está haciendo un favor a Dios. Juan 16:2
Si eres “visita” u “oyente” de la Luz del Mundo (LDM), yo lo pensaría tres veces antes de decidir a bautizarme. Sabes lo que pasará cuando te bautices, pero no sabes que pasará si eventualmente decides abandonar esta iglesia.
Con toda seguridad en estos días te colman de visitas, te atienden cuando llegas al templo, te ceden el lugar y todo mundo te sonríe cuando llegas a las dominicales. No falta quien te acerque un himnario y te busque los textos y te preste la Biblia. Ya ni se diga si piensas ir a Guadalajara a la santa cena, a los que te están “doctrinando” no les cabe el gusto y el pastor y su mujer te colman de atenciones para que veas la «enorme diferencia” que hay entre la confesión que dejas y el “amor fraternal» que “inunda” las reuniones de La Luz del Mundo.
Nada más lejos de la realidad
Dependiendo de la iglesia o confesión que estés abandonando es como llegas a ver las cosas “diferentes”. De ahí a que muchos de los recién convertidos vean todo tan “bonito” y así lo exclamen: “qué bonito orden”, “qué bonito cantan”, “se siente que se quieren de verdad”.
Pero, ¿esa es la realidad?
Después de haber pasado una vida ahí dentro, créeme. Las cosas no son tan “diferentes”. ¿De que iglesia vienes?. Si eres católico nominal (de nombre) que son los que más se convierten a LDM, es obvio que todo lo verás diferente porque realmente lo es en cuanto al formalismo; sexos separados por secciones, abundantes oraciones de rodillas catárticas de profuso llanto, chalinas en la cabeza de las mujeres y una estricta moral que en realidad está muy, pero muy lejos de llevar a la practica. (Entre otras cosas).
Si eres presbiteriano o metodista, verás las cosas también un tanto diferentes a como las ve el católico, pero al final casi siempre serán las mismas. Te animará que te tratan bien, que parece que se interesan en ti y que todo es un paraíso de amor. Aunque al principio creer en un “ungido moderno” te costará trabajo, al paso de tiempo terminarás por creértelo y sintiéndote «especial» por que Dios «te distinguió», haciendo la “obra perfecta” en tu corazón de creer en el «apóstol». Lo mismo pasará con las ofrendas para él y las alabanzas que de momento se te harán un poco pasadas de tono -casi casi idolátricas- pero no te animarás a comentarlo, porque en el culto mismo se ve tan sano, y como los “hermanos” conocen más de la Biblia que tu, lo dejarás “para después”. Pero ese momento no llegará. “Después”, el ultra nacionalismo espiritual te envolverá con el halagador sentir de que eres un humano especial por creer en un “Siervo de Dios” y el elitista pensamiento de ser parte del pueblo escogido será música para tus oídos.
Y ya estarás preso en el luzmundanismo
Pero eso no impedirá que te des cuenta de la realidad que se vive dentro de la iglesia. Un poco tiempo después que te bautices verás que los pastores tienen de santos lo que tiene de benéfica para la salud la Coca-Cola. Te darás cuenta que la gran mayoría de ellos se la pasan engordando a costa de la iglesia; poseyendo sus autos del año y también observarás que la mayoría solapan a sus hijos, que sus mujeres son mandonas y encopetadamente soberbias y vanidosas. Te asombrarás de la cantidad de cooperaciones que se piden en el año o cada domingo y las formas en que se piden. Te darás cuenta de la manipulación utilizada y los objetivos para los cuales se hacen las colectas, además de la relación que hay entre los votos de la iglesia a donde asistes y el partido en el poder de tu localidad. Conocerás a Expresión Ciudadana y a sus líderes miembros de la hermandad, sus autos, casas y la prosperidad de ellos.
Ya después que te bautices, los hermanos que te convirtieron tendrán algún otro objetivo humano en quien volcarán sus atenciones para lograr que se bautice y pasarás a tercer o cuarto plano.
Conocerás la mafia ministerial de la iglesia y sus rencillas entre ellos, y que jamás se ponen de acuerdo en ningún punto doctrinal, así como los pleitos y chismes que abundan en las colonias Hermosas Provincias. Te darás cuenta de qué tanto practican verdaderamente los mandamientos de Jesucristo los miembros de la iglesia a la que te acabas de convertir. Pero sobre todo; te darás cuenta que la doctrina que se predica no es mejor que aquella que dejaste. Que cambiaste una trinidad por otra y que al final, si no lo eras, te convertiste en un idólatra y que si lo eras, solo cambiaste a la «madre del Señor» por otro ídolo que no tiene el más mínimo parentesco con la familia del Maestro.
Al final, estarás peor de como estabas cuando no habías cambiado de iglesia, porque esta vez, quedarás dañado pensando que todas las religiones son iguales y que Dios te ha jugado una broma pesada. Peor aún, que en el peor de los casos, dejarás de creer en Él. O que resentido, vagues por la vida con tu corazón y fe destrozada como una barca a la deriva.
Y ¿qué pasará si ya no quieres pertenecer a La Luz del Mundo?
Agárrate, porque ésta no te la sabías
No hay un momento en el que te das cuenta que la doctrina de La Luz del Mundo está equivocada. Más bien, eso es desde siempre. A cada momento de oír a los hermanos, recuerdas bien que hay cosas que no te “cuadran” del todo, pero las dejas para después. Todas las incógnitas o dudas son suplidas por la «bendición» que se siente en las oraciones de rodillas donde abundan las lágrimas y sales sintiendo una “paz” que antes no sentías. Pero cuando lees la Biblia, como esta no tiene ambages, te das cuenta que las cosas no son como deben ser y que la iglesia de la que habla el Libro de los Hechos no se parece ni tantito a la que escogiste por ser “la verdadera”. Todas estas claridades que son de parte de Dios para ti, son escondidas en tu corazón por miedo a aceptar que estás equivocado. Y si después participas en un servicio que se ponga “bonito” y termines hecho un mar de lágrimas, todas tus dudas y tu otrora comprensión bíblica quedará relegada al fondo de tu ser. Y esa luz que por instantes te vino de Dios, quedará relegada por un sentimentalismo manipulado para la conveniencia de alguien que desea que permanezcas así, para beneficio de unos y para perdición de tu propia alma.
Pero si has permitido a Dios que te libre de estas cadenas, y ya estás decidido a dejar la organización LDM, ni sabes a lo que te enfrentas.
Desde el momento en que tu dices que LDM no es una genuina iglesia cristiana donde se predique la sana doctrina, lógicamente para los luzmundanos, estás tachando a LDM de mentirosa.
¿Sabes que significa esto?
Y si La Luz del Mundo no es la verdad, entonces tú, automáticamente estarás diciendo que, ¡ups!, el «Siervo del Señor», «Apóstol», «Rey», «Patriarca», «Intercesor» y otros atributos divinos es ¡un mentiroso!
¿Tienes idea de lo que enfrentarás? Lo siento amigo, pero según la doctrina samuelita, te acabas de convertir en ENEMIGO DE DIOS.
¿Qué le hace LDM a los ENEMIGOS?
Tu puedes decir que eso NO es exactamente lo que piensas, tu nunca dijiste eso. Es decir, tu consideras que LDM tiene cosas buenas y rescatables, pero que ya no puedes perseverar en ella, porque las cosas malas e incorrectas que se practican como resultado de la predicación de su particular doctrina, ensucian todo lo bueno que pueda tener y has entendido que si perseveras ahí, no solo no agradas a Dios, sino todo lo contrario.
Sin embargo, no quieres decírselo a tus hermanos, porque sabes del fanatismo y te imaginas de cómo se sentirán o actuarán cuando se los compartas.
Con todo, tu respetas la decisión de tu familia y amigos de continuar dentro de la iglesia con todo lo que eso signifique, y deseas de todo corazón que se respete tu decisión y tu nueva forma de ver las cosas.
Pero los «hermanos» no te escuchan cuando les tratas de explicar lo que piensas realmente. Lo que les importa es construir un pensamiento apóstata -a partir de tus razonamientos- que a los demás miembros suene peligroso, blasfemo y agresivo. Tratarán que la gente te aborrezca aunque se tenga que mentir para lograrlo. A partir de este momento eres un «perro rabioso» al que hay que encerrar para que no «contamine» a los “sanos”.
Si se te ocurre comentárselo a alguien que le tienes confianza como padres o amigos, debes tomar en cuenta lo que dice la Palabra de Dios que sucederá:
(seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos)
Y ese o esa va a ir corriendo a comentárselo al pastor, el cual en el mejor de los casos no tarda en platicar contigo acerca de la “verdad” y tratará de convencerte que las cosas no son como las piensas, probablemente en un tono amoroso y persuasivo, pero, si no desistes en pensar de cómo piensas y arrepentirte hablando públicamente en la iglesia, entonces tu pastor «amoroso» cambiará por arte de magia su semblante y pasará de angelical a demoniaco y comenzarán entonces las amenazas (pregúntale a Rafa de Argentina si no es así). Que si no te arrepientes, que no sabes en la que te metes, que estás prevaricando «contra el mismo Dios» y te soltará todas las vociferaciones propias de un exorcismo samuelita. (No te garantizo que no haya palabras altisonantes).
Te amenazarán de cortamiento, el cual se convertirá en un linchamiento moral si persistes en compartir tu discernimiento con la familia o los amigos. Comenzarán las dominicales en tu honor y en contra de todos los que te acompañen, tu familia y tus más cercanos amigos. Vete despidiendo de las amistades que hayas cultivado dentro de la iglesia, de tus mejores amigos y con toda seguridad de la mayor parte de tu familia (si no es que de toda). Y todo porque indirectamente has llamado mentiroso al «Siervo del Señor». El ser más querido, admirado e idolatrado en la Luz del Mundo. ¿Nunca aprendiste que los Becerros de Oro son intocables?
Llorarás. Estoy seguro de ello. Pero ¿sabes una cosa?, hallarás consuelo en Su Palabra:
Ciertamente es bueno Dios para con Israel,
Para con los limpios de corazón.
En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
Porque tuve envidia de los arrogantes,
Viendo la prosperidad de los impíos.
Pero no tengas miedo, algo es seguro: Dios va a perfeccionar la obra que ha empezado en tu corazón como solo Él sabe hacerlo:
… el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; Filipenses 1:6
Razones “cristianas”para odiar
LDM utiliza versículos de la Biblia que justifican “cortarte la cabeza” y llamarte “perro muerto” a quien se atreve a disentir y «blasfemar» contra la doctrina «súper-sagrada» que la identifica llamada “Elección” lo cual equivale exactamente lo mismo que blasfemar contra el “apóstol” Samuel Joaquín.
Checa:
¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos. Salmo 139:21
Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. 2 Samuel 16:9
Cuando se trata de odiar a los enemigos de la «Elección» -la cual se ha personificado en Samuel Joaquín- los samuelitas revuelven la Gracia con la Ley (para variar) y automáticamente en ese momento Cristo nunca vino a clavar la Ley en la Cruz y sus palabras de Mateo 5:44, Lucas 6:27 y 35 serán ignoradas y habrán perdido todo valor.
Consecuencias
Te preguntarás el porqué de todas las reacciones de la iglesia en tu contra, del odio que jamás imaginaste podría tener un pastor que de labios predica el «amor cristiano» y lo peor, justificar actos de odio entre los miembros hacia ti y lo que es peor, fomentarlos.
Como consecuencia de todo esto, es muy posible que tus padres digan “has muerto para mi”, “yo no tengo hijo”, “prefiero verte de ramera o de homosexual que fuera de la iglesia”, “eres un malnacido, reniego de ti, no quiero volver a verte a menos que pidas perdón a la iglesia y al Siervo del Señor”.
Si tienes algún negocio, olvídate que los “hermanos” te compren algo. Pasarán haciendo gestos y cuchicheando entre ellos y si pueden, escupirán en tu camino o lanzarán alguna piedra a tu auto. Deberás cuidarte, porque si cuando te convertiste del catolicismo al luzmundanismo sufriste un poco el rechazo de tus anteriores correligionarios, multiplica eso por el infinito de la sin razón y te dará el resultado de lo que sufrirás cuando decidas dejar La Luz del Mundo.
Se te hace esto ¿increíble?
Peor será si eres mujer y has decidido usar pantalones y cortarte el pelo. Muchas samuelitas usan pantalones a hurtadillas y se cortan el pelo, cosa harto normal en la iglesia que predica pero no practica. Pero no hacer eso no será normal si es producto de una supuesta «apostasía». Entonces eso será usado como base para hablar de tu «nulo sentido cristiano» y la «ceguedad» en la que según ellos te encuentras.
En LDM puedes ser las más fácil de las mujeres, pero si crees en el “apóstol” y lo demuestras usando una falda larga, siempre serás “orgullosamente hermana”. En LDM muchos varones se embriagan, se escapan a los bailes y utilizan cotidianamente un lenguaje soez, (ampliamente demostrado en la manera de defender su doctrina en los blogs), pero si alguien que se salió de la iglesia se toma una cerveza o asiste a una fiesta «mundana», eso es sinónimo de que “Dios lo ha dejado”.
Tanto absurdo es cosa inimaginable en la iglesia que aceptamos un día como verdadera, y cristiana.
Eso nos esperábamos de los católicos, la religión que LDM llama con desprecio «la gran ramera». De ellos esperamos persecución, intolerancia, vejaciones y discriminaciones, pero jamás la esperamos de una iglesia que al principio que la visitamos se nos hizo «tan especial», tan «diferente» y tan «llena de amor». Y menos nos esperamos que ese hermano o hermana que nos atendió tan bondadosamente para que «aceptáramos a Cristo» pueda vernos y tratarnos ahora como alguien que tiene el diablo dentro, sin poder ocultar en su mirada, el inmenso odio y asco que ahora le causamos.
Pero ¿sabes que? Dios tiene un propósito para ti y lo sabes.
Os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán …seréis llevados … por causa de mi nombre. Y esto os será ocasión para dar testimonio. Mateo 24:13
Jehová cumplirá su propósito en mí; Salmo 138:8
Cristianizando a los Cristianos
Pero tu no te desanimas. Comienzas a ser discipulado con la Palabra de Dios en una una congregación cristiana y te sientes feliz a pesar de tanta tribulación; ahí cerca de Dios, de ese Dios que en LDM solo conocías de “oídas” como dice la Escritura. ¡Y confías!
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33
Y a pesar de que la mayoría de conocidos y parientes en LDM te dejan de hablar, continuas asistiendo a la congregación, siendo alimentado cada día más con la san doctrina, y ahí derramas tu espíritu pidiéndole a Dios que te ayude a no flaquear. Además de algo muy especial; de repente puedes orar por aquellos que te han despreciado y pides a Dios que te de sabiduría para compartirles a todos tus amigos de LDM y a tu familia al verdadero Cristo, pero sobre todo lo que significa realmente nacer de nuevo y recibir la salvación por Gracia.
Pero para ellos, ahora eres un «falso», «apóstata» e «impío».
Pero qué ironía. El “falso” tiene más amor y más paciencia por su familia samuelita que el samuelita por la “oveja descarriada”.
El samuelita hallará razones para odiar y para matar (¿o qué significa «has muerto para mi»?) y el “falso” deberá tener paciencia para ganar las almas (Mateo 24:19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.)
Antes como cualquier samuelita promedio, tu hablar era soez y tu conducta era irreverente y nada cristiana. Ahora que Cristo habita en tu corazón, como consecuencia has cambiado tu conducta y tu forma de hablar. Ahora hay en tu corazón el compromiso de ser verdaderamente cristiano y así alumbrar a tu familia y tenerles amor cristiano genuino.
Todo eso no lo lograrás si no naces de nuevo, si no hay un cambio radical en ti para que tu familia y amigos vean que realmente donde estabas no eras mas que un cristiano nominal, donde Cristo no podía hacerte renacer no tanto porque no quisieras, sino porque la idolatría en la que vivías lo oscurecía todo.
A pesar de que tus padres te den por muerto, tu estarás ahí con paciencia esperando la obra de Dios en sus corazones; a pesar de que tus hermanos te nieguen y te aborrezcan tu irás a verlos, insistirás con ellos y les hablarás del amor de Cristo y de Su Propósito para sus vidas, de su Gracia para con los hombres y su Plan Perfecto. Te armarás de paciencia y esperanza confiando en que el que hace la obra es Dios.
Ellos te insultarán y todo el tiempo no verán en ti mas que a un «falso apóstata», y aún todas las obras buenas que Cristo genere en ti por su Palabra ellos dirán que son «producto de Satanás». Tu sabes que ellos no tienen culpa, porque no les ha amanecido, el amor de Dios te ayudará a soportarlo todo y a tener paciencia por el amor que Él mismo ha puesto en tu corazón.
Y es que, ¿sabes que?
Nosotros los “falsos” debemos entrenarnos en el amor y caridad cristiana; vestirnos de la bondad de Dios para esperar lo suficiente y aguantar lo que venga, tal como Dios nos tuvo paciencia todo el tiempo que estuvimos dentro de la Luz del Mundo. ¿Qué sentiría Dios cuando le cantábamos a un hombre dándole gloria y honor? ¿Y cuando ofrecimos a nuestros hijos a cambio de la salud de quien consideramos un Cristo en la tierra?, ¿Qué sentiría Jesucristo cuando decíamos que Samuel era nuestro salvador, dador de vida y perdón y el resuello de nuestras narices?
Pues esa misma paciencia y amor debe prevalecer en nosotros los “falsos” en espera de la obra de Dios en aquellos que amamos.
Ellos, los “cristianos” de LDM tienen razones para aborrecernos, para humillarnos y verter en nosotros actos de odio que justifican como siempre en versículos mal empleados. Y nosotros los “falsos” debemos perdonar, amarlos y tener paciencia. ¡Que ironía!
Para los LDM nosotros somos los falsos. Aunque vean los cambios benéficos que Dios ha hecho en nuestras vidas, aunque usemos las Escrituras para todo, para ellos siempre será: “también Satanás se sabe la Biblia de cuero a cuero”. Aunque vean a nuestros hijos comprometidos de una forma directa con la Luz de Dios, para ellos solo es prueba de que somos «falsos» y «blasfemos».
Que curioso:
Nosotros «falsos», pero dirigiendo toda nuestra alabanza a Cristo.
«Falsos», pero amando a los que nos aborrecen.
«Falsos» pero comprometidos con corresponder a Cristo por Su amor
Bien dice la Biblia:
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! Isaías 5:20
Pero nos dice el Señor que no debemos desfallecer, sino todo lo contrario:
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Gálatas 6:9
No he querido decirte con esto que no cambies de iglesia, y mucho menos que “todas son iguales”. Si estás en alguna iglesia idólatra, ya sabes qué hacer. Si aún no estás en LDM y deseas bautizarte allí, piénsalo dos veces o tres. Si ya saliste de ella, ten confianza, Dios estará contigo. Pero sobre todo… ¿Qué esperas para anunciar sus maravillas?
Dios no hace las cosas solo porque sí. El te sacó con un propósito.
Y lo va a cumplir, solo es que tú lo quieras y te decidas a dejar que Él cumpla en ti Su voluntad.
Ustedes van a ser expulsados de las sinagogas; y llegará el día cuando cualquiera que los mate creerá que le está haciendo un favor a Dios.
Juan 16:2
Si eres “visita” u “oyente” de la Luz del Mundo (LDM), yo lo pensaría tres veces antes de decidir a bautizarme. Sabes lo que pasará cuando te bautices, pero no sabes que pasará si eventualmente decides abandonar esta iglesia.
Con toda seguridad en estos días te colman de visitas, te atienden cuando llegas al templo, te ceden el lugar y todo mundo te sonríe cuando llegas a las dominicales. No falta quien te acerque un himnario y te busque los textos y te preste la Biblia. Ya ni se diga si piensas ir a Guadalajara a la santa cena, a los que te están “doctrinando” no les cabe el gusto y el pastor y su mujer te colman de atenciones para que veas la «enorme diferencia” que hay entre la confesión que dejas y el “amor fraternal» que “inunda” las reuniones de La Luz del Mundo.
Nada más lejos de la realidad
Dependiendo de la iglesia o confesión que estés abandonando es como llegas a ver las cosas “diferentes”. De ahí a que muchos de los recién convertidos vean todo tan “bonito” y así lo exclamen: “qué bonito orden”, “qué bonito cantan”, “se siente que se quieren de verdad”. Seguir leyendo →
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